sábado, 16 de octubre de 2010

Entrevistas y Mensajes interesantes

UN MEJICANO OPINA DE LOS MEJICANOS

Vease el video
http://www.youtube.com/user/leonz28


HOMENAJE A LILIANA MAYO EN EL DIA DE LA MADRE




vease el video en YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=CPzPdPJE5K4&eurl=http%3A%2F%2Fblogs%2Eelcomercio%2Ecom%2Epe%2Fentrevistas%2F2009%2F05%2Fliliana%2Dmayo%2Dlas%2Dmadres%2Ddel%2Dan%2Ehtml&feature=player_embedded

Liliana Mayo: “Las madres del Ann Sullivan nos inspiran”
Tomado de Diario El Comercio May 08 2009


Al hablar de los avances que logran las 450 familias de niños con habilidades diferentes que forman parte del Centro Ann Sullivan del Perú (CASP), Liliana Mayo (su fundadora y directora) no puede evitar que en sus ojos se refleje el orgullo que siente. “Hemos logrado que nuestros alumnos sean independientes, productivos y felices, y que estén trabajando”.

Lo mismo sucede cuando habla del trabajo que realizan las mamás de estos niños. Muchas de ellas llegaron pidiendo ayuda y ahora son ellas las que guían a otras madres desean aprender a contribuir al desarrollo de sus hijos. “Creo que en el futuro las madres del Perú van a ser exportadas porque en otros países me dicen que quieren tenerlas (para que entrenen a otras madres)”.

Liliana Mayo tiene un motivo más por el que sentirse orgullosa: Su hijo, Alonso Mayo -quien tiene la misma edad del centro y quien creció con varios de sus alumnos-, es un cineasta que ha realizado un documental en el que narra la historia de cinco chicos con habilidades diferentes y cuya primera película tratará sobre un joven con autismo. “No sabía cómo iba a influir e impactar todo este trabajo en mi hijo”, dice emocionada.

Por Tatiana Perich.

Dentro de pocos meses se van a cumplir 30 años desde que usted empezó a trabajar con chicos con habilidades diferentes. ¿Qué fue lo que la motivó a dedicarse a ellos?

Hace 30 años realmente no habían servicios, no había ningún tipo de esperanza para niños que tuvieran autismo, por ejemplo, o niños con retardo muy severo. Lo que me animó fue conocer a una niñita que tenía autismo. Después me pregunté cuántos niños así habían en el Perú y me di cuenta que las estadísticas eran muy grandes. También fui a ver la realidad de estos niños: vi niños en jaulas, amarrados en los techos. Cuando vi eso dije “no, hay que hacer algo”. Es así como mis padres me cedieron el primer piso de la casa. Ellos me educaron en lo que era servicio, hacer una diferencia por mi país.

En esa época, muchas personas hubieran optado por desviar la mirada y no presenciar el sufrimiento de estos niños. Sin embargo, usted decidió observarlos y hacer algo por ellos. ¿Esa vocación la tuvo desde pequeña?

Mis padres son farmacéuticos y desde chica vi lo que era el servicio, los vi ayudando y dando. Me decían “en la vida lo más importante es lo que tú das a los demás”. Mi mamá me hablaba de los sueños, me hablaba de Martin Luther King. Desde chica me enseñaron mucho a luchar por hacer esa diferencia. Nunca me dijeron “no, no es posible”. Mi mamá siempre me habló del sueño imposible, por eso el lema del centro es “juntos hacemos de lo imposible algo posible”.

En su lucha debe de haber de haber pasado por momentos muy duros…

Sí, pero soy una incorregible positiva (risas). Todas esas dificultades me hicieron crecer mucho como persona, me dieron más fuerza. Todo el equipo del Ann Sullivan quería hacer una diferencia en la vida de los niños y también darle un regalo a nuestro país, y el mejor regalo que podemos es hacer un trabajo con calidad y poner ese cien por ciento.

Si hace 30 años me hubieras preguntando qué esperaba, te hubiera dicho hacer la diferencia en unos 50 niños. Nunca pensé la repercusión que iba a haber, que los alumnos ahora estén trabajando y manteniendo a sus familias, y que todo esto se haya vuelto un modelo peruano de educación de exportación.

¿Cuál ha sido el obstáculo más difícil de vencer?

Lo más difícil ha sido el cambio de actitud de la sociedad peruana, que les den una oportunidad a los alumnos y que los vean como personas. Creo que uno a veces rechaza lo que no conoce, pero es la educación lo que hace ese cambio de actitud y ahora veo que si las empresas están dando una oportunidad es porque realmente ya hay todo un cambio de actitud. Que nos falta, nos falta. Todavía hay el rechazo de algunas personas cuando ven a un niño o a un joven con habilidades diferentes en la calle. Todavía hay casos que nos los dejan entrar en los restaurantes o que el micro no para cuando los ven, pero creo que eso lo vamos a seguir logrando con educación.

¿En qué momento y dónde nació la iniciativa de empezar a utilizar el término ‘persona con habilidades diferentes’?

Te lo puedo contar en un discurso que dio una persona con habilidades diferentes: “En los años 50 nos trataban como enfermos, nos sacaban para que nos dé el sol y no creían que pudiéramos aprender. En los años 60, dijeron “¡ah! Estos pueden aprender” y nos empezaron a enseñar cosas que nos servían o no nos servían. Pero estamos en los años 70, ya somos personas, ya tenemos voz y por eso queremos que nos traten ante todo como personas”.

Yo creo que es a partir de los años 80 que comienzan todos los modelos de inclusión más fuerte en el mundo. Acá, en Perú, todavía dicen “los mongolitos”. Para referirse a los chicos con parálisis cerebral, hasta ahora dicen “mi hijo tiene PC”, y yo les digo “¿qué tipo de computadora es? ¿Qué es eso? Es una falta de respeto”. O dicen “trabajo con RM” -RM es retardo mental- y yo les digo “RM, FM, ¿qué cosa es eso?”. Los padres también dicen “mi hijo es autista” y nosotros les enseñamos a decir “mi hijo es Pablo y tiene autismo”, primero es la persona y después, lo que tiene.

Una de mis amigas con habilidades diferentes me decía “poner ese tipo de categorizaciones es para los frascos. A nosotros no nos gusta la letra grande R. Yo quiero que me llamen por mi nombre, eso es lo que yo soy”.
Ha habido un cambio en el trato. Antes no se les preguntaba sobre sus sueños. Cuando les pregunto cuál es su sueño, me dicen “yo quiero construir mi casa, yo quiero tener un restaurante”.

El modelo educativo del CASP tiene como objetivo la inclusión de las personas con habilidades diferentes en la sociedad y un aspecto es el laboral. ¿Cómo se inició este trabajo en conjunto con la empresa privada? ¿Cómo hicieron para demostrarles que estos chicos podían serles muy útiles?

Primero nosotros hablamos de inclusión a la vida (hogar, comunidad y trabajo). Hay tres claves con las que hemos logrado esto: tratarlos como personas, concentrarnos en sus habilidades y enseñarles con un currículum que los prepare para la vida, y trabajar en equipo con las familias. Con eso hemos logrado que nuestros alumnos sean independientes, productivos y felices, y que estén trabajando.

Cuando nos acercamos hace 13 años a la primera empresa -que fue Wong-, creo que nos educamos bastante de cómo hacer bien nuestro trabajo, no solamente de colocar a un alumno, sino de entrenarlo y mantenerlo. Ellos probaron que no se les contrató por caridad sino por la calidad de trabajo que hacían. Las otras empresas fueron a Wong y dijeron “¿por qué no darles una oportunidad de trabajo como cualquier otra persona?”. Ahora trabajamos con más de 31 empresas y tenemos a más de 100 alumnos trabajando y que están contribuyendo en sus casas.

A mí me emociona ver que son los que pagan la luz y el agua; que su padre está con cáncer y es nuestro alumno el que paga la educación; que si no tienen para que su hermana normal vaya al colegio, ellos son los que le pagan la educación. Hay algunos que son los primeros que tienen un trabajo estable en sus familias. Algunos de ellos están ayudando a cambiar la parte económica de su familia. Ellos han aprendido a dar.

EL TRABAJO CON LOS PADRES

Ustedes reciben no solo a los niños con habilidades especiales sino también a sus padres, quienes muchas veces están deprimidos por la situación o no logran entender exactamente qué tiene su hijo ni cómo tratarlo. ¿Cómo es el trabajo que realizan con ellos?

Lo más difícil en la vida es ser papá y mamá, y las madres del Ann Sullivan, a mí y a todo nuestro equipo, nos inspiran. Ellas esperaban un niño normal, pero hay que ver cómo lo han aceptado, cómo se educan para ser las mejores madres maestras para sus hijos. Muchas de ellas son madres que luchan solas porque fueron abandonadas cuando les dijeron que tenían un niño con habilidades diferentes. No te imaginas el orgullo que sentimos cuando ellas como mamás ahora educan a otras mamás.

Ahora vienen de otros países porque nos dicen “educan a nuestro hijo, pero no me educan a mí”. Nosotros le damos a cada padre de familia 171 horas de capacitación al año para que ellos sean mejores padres maestros, para que les den a sus hijos la oportunidad de ser independientes. Si tú le preguntas a un padre de familia qué es lo que espera de su hijo, te dicen tres cosas: que sea independiente, productivo y feliz.

Eso también es un logro porque quizás muchos padres al principio veían a sus hijos como una carga.

Es importante nunca criticarlos y decirles siempre que ellos pueden salir adelante. El rol que juegan los padres de familia es importantísimo porque están con ellos casi todo el tiempo. Si el padre pone a su hijo en el centro y no participa en nada, el niño no tiene un buen pronóstico porque los padres no siguen en casa lo que estamos haciendo en el centro. Acá tenemos la escuela de familias más grande del mundo: vienen 450 familias a capacitarse para ser un mejor padre. Cada escuela de familia me emociona porque digo “estos papás están cansados, han venido del trabajo”. Ver el deseo que tienen de sacar a sus hijos adelante es increíble. Los padres del Centro Ann Sullivan están dando un ejemplo para otros padres de Latinoamérica y de Estados Unidos. Hace poco he estado en Arabia Saudita y se han quedado admirados de cómo participan los padres.

Además, para los padres nuevos debe de ser mucho mejor poder tener a una madre o un padre que también ha vivido lo mismo que ellos como guía.

Que un padre le hable a otro padre es increíble. Cuando viajamos a provincias es un orgullo llevar a una mamá con su hijo porque acá en el Perú la gente ya no quiere tanto ‘blablablá’, quiere que se le demuestre cómo puede trabajar con su hijo. Muchas veces poder llevar el ejemplo, vale mucho más que mil palabras.
Creo que en el futuro nuestras madres del Perú van a ser exportadas porque en otros países me dicen que quieren tenerlas. Por ejemplo, están haciendo un proyecto para que las madres hispanas que viven en Estados Unidos sean entrenadas por madres peruanas. Así que mis mamás, todo lo que han aprendido para su hijo, lo dan para otros niños y eso vale un montón.

Cuando un niño llega por primera vez al centro, ¿cuál es el procedimiento?

Primero nos evaluamos para concentrarnos en las habilidades que tiene. Muchas veces a ese padre le han dicho “su hijo no habla, no hace esto…”. Una de las cosas que hace el centro es buscar, como detectives, cuál habilidad tiene y de ahí diseñamos un programa individual para esa persona y para los padres. Inmediatamente después de evaluar al niño, vamos a su casa para ver en qué condiciones y cómo vive, porque lo vamos a preparar para la vida. Si su casa queda en un sitio donde hay mucho tráfico, será una prioridad entrenarlo para cruzar las pistas. Los papás también tienen un programa porque de repente lo sobreprotegen mucho y dicen “no va a poder”. Nosotros les decimos “sí puede, dale la oportunidad”.

Creen que son discapacitados…

Cuando los padres escuchan mucho ese término, se les va quedado el “no puede”. Entonces, nosotros les decimos que es una persona con habilidades diferentes y así se acuerdan que son personas, que tienen que tener expectativas y que tienen que concentrarse en sus habilidades.

Ahora los padres tienen la idea de que su hijo no es una carga. Los padres me dicen “nunca pensé que iba a ser mi hijo el que iba a terminar pagándome la medicación y que sea el único en la casa que use terno para ir a trabajar”. Para mí la alegría es cuando una madre o de un padre es cuando me dicen que su hijo es el orgullo de la familia y que la gente se equivocó cuando les dijeron que iba a hacer una carga. Cuando, en mi vida profesional, he visto que una persona ha triunfado, ha sido porque sus padres tuvieron fe en ellos y siempre les dijeron “tú puedes”.

UNA MAMÁ MÁS

Como usted dijo, vale mucho más mostrar qué se puede alcanzar que hablar de ello y justamente su hijo, Alonso Mayo, ha realizado un documental que muestra cinco casos de alumnos del Ann Sullivan. Por lo visto su trabajo ha influenciado mucho en él.

Él como cineasta quería transmitir al mundo el mensaje Ann Sullivan y creyó que más importante era hacerlo a través de la historia de los padres que a través de profesionales que se sienten y hablen de los temas. El ver que en este momento cuatro mil personas ya han visto el documental es todo un éxito.

Yo tengo muchos diplomas, los más altos como profesional, pero el más importante es el que me ha dado mi hijo: el de ser buena madre, eso es lo más difícil de la vida. El certificado que te dé tu hijo de mamá es para mí el más importante.

No sabía cómo iba a influir e impactar todo este trabajo (el del CASP) en mi hijo, pero ahora veo que a él le interesa mucho la vida de sus amigos con habilidades diferentes, con autismo o con parálisis cerebral. Él tiene 30 años, tiene la misma edad del centro. Creo que es una bendición especial que me ha dado Dios, estoy muy orgullosa de él.

Entonces, usted justo se convirtió en mamá cuando decidió abrir el centro…

Alonso tenía seis meses, siempre ha sido mi inspiración. Tenía dos cosas en la vida: quería ser la mejor madre y también hacer algo por mi vida profesional, por desarrollarme como persona. Así que Alonso ha crecido con el centro, él ha visto a los chicos y ha crecido con ellos.

Yo, como su madre, ahora rezo para que pueda hacer su primera película porque creo que le va a dar una idea al mundo de lo que las personas con habilidades diferentes pueden lograr. Creo que el mundo se quedó con la película “Rain man”, con Tom Cruise y Dustin Hoffman, en la que al final él elige vivir en una institución y no vivir con su hermano. Ese fue el fin que le dio Hollywood, pero como Alonso es un joven sabe lo que sus amigos con habilidades diferentes pueden lograr.

Me imagino que fue la experiencia de la maternidad lo que también la motivó a ayudar a otras madres y sus niños.

Recuerdo que mi vecina y yo estábamos en cinta y las dos teníamos sueños para nuestros hijos. Cuando los dos nacieron –en fechas cercanas-, Alonso nació normal y Diego nació con Síndrome Down. Los dos jugaban juntos y eran amigos. Es cuestión de verlos con otros ojos.

*El Centro Ann Sullivan del Perú también realiza educación a distancia (en el Perú y el extranjero) a través de talleres gratuitos que se transmiten por Internet. Para mayor información, visite su página web.




La niña que silencio a la ONU por 6 minutos

es interesante este video

http://www.youtube. com/watch? gl=MX&hl=es-MX&v=DLV6jaZFLro&feature=related

LA SABIDURIA DE LOS NIÑOS

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Nunca sabes lo que un niño va a decir. Es sorprendente: ellos, son impredecibles.

Me envíaron la siguiente información que se las reenvio:

1. Al autor y orador Leo Buscaglia, se le solicitó que fuera parte del jurado de un concurso. El propósito del concurso, era encontrar al niño más cariñoso. El ganador fue un niño de 4 años cuyo vecino era un anciano a quien recientemente se le había muerto la esposa. El niño, al ver al hombre sentado en una banca del patio y llorando, se metió al patio del anciano, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó qué le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó:'¡Nada! Sólo le ayudé a llorar'.
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2. Debbie Moons, maestra de primer grado, estaba discutiendo con su grupo la pintura de una familia. En la pintura, había un niño que tenía el cabello de diferente color al resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado. Otro, de los niños, preguntó sobre lo que significaba 'ser adoptado' y una niña, compañera de ellos, dijo: 'Yo sé lo que significa, porque yo soy adoptada'. '¿Qué significa ser adoptada?' preguntó otro de los niños. La niña le contestó: 'Significa que uno no crece en el vientre de su mamá sino que crece en su corazón'.
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3. En Nueva York un niño de 10 años estaba parado, descalzo, frente a una tienda de zapatos viendo a través de la ventana y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le dijo: 'Mi pequeño amigo ¿qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?'. La respuesta del niño fue:'Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos'. La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le diera media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podría prestarle una palangana con agua y una toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que pidió. La señora se llevó al niño a la parte trasera de la tienda, se quitó los guantes, le lavó los pies al niño y se los secó con la toalla. Para entonces el empleado llegó con los calcetines, la señora le puso un par de ellos al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se los dió al niño. Ella acarició al niño en la cabeza y le dijo: '¡No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!'. Mientras ella daba la vuelta para marcharse, el niño la alcanzó, la tomó de la mano y mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó: '¿Es usted la esposa de Dios?

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